jueves, 27 de enero de 2011

Dios es sorprendente...

Como empiezo este post? Fácil. Con lo primero que me viene a la mente. Y lo primero es: Dios es sorprendente.

Punto 1
Me sorprende en distintas áreas de mi vida, a mí y a mí familia, pero definitivamente me impresiona principalmente por medio de Sebastián. Seba ahora tiene 6 años, conoce perfectamente su casa, y la casa de sus tíos Patrick y Silvana. Reconoce a todos sus tíos, tías y abuelos. Entiende los conceptos de distintas residencias de familiares, iglesia, colegio, auto, piscina, parque de juegos, parque de diversiones, además de una infinidad de alimentos. Te parece sencillo? Haz una pausa y piensa: Sebastián JAMÁS a visto ninguna de las cosas que nombré anteriormente. No tiene un tipo de memoria que para nosotros es inherente y muchas veces inconciente. La memoria visual. La mayoría de las cosas que puedes nombrar porque las "conoces" son cosas que has visto! Haz el ejercicio mental... cierto que sí? Pero no en el caso de Sebastián. El nombra muchos objetos cotidianos, y la lista crece cada día, nombra a personas y lugares... una memoria basada en sentimientos, estímulos, placeres, tacto y olfato... simplemente sorprendente...

Punto 2
Seba escucha mucha música. Mucha. En su mayoría música cristiana, que expresan ideas y valores del llamado bíblicamente Reino de Dios. Eso además de la educación cristiana en la iglesia y en su casa, por intermedio de la lectura, oración y conversaciones, le han ayudado a formar un concepto perfecto del Creador. Y lo expresa a veces, con pequeñas cosas especiales que dice, casi siempre dichas fuera de contexto, pero tremendamente espirituales. Hace unos meses dijo: "Tu presencia es mi morada Señor". Y cuando buscábamos nombre para un ministerio musical cristiano de la cual hacemos parte, me dijo en una mañana cualquiera: "Tierra Seca". Listo. Todos estuvimos de acuerdo en que ese era un buen nombre que sintetizaba todo lo que queremos que la banda exprese.

Punto 3
Me llama la atención la confianza que tiene en los más cercanos. Cuando sus papás o hermanos le hablan, escucha con atención y confía. Confía plenamente. Cuando al caminar si le digo que tenga cuidado, él disminuye la marcha, y cuando le digo que hay un peldaño, levanta un pie. Muchas veces nos pide por ejemplo, un juguete... y pone una carita de expectación, un poco sonriente, esperando mientras verbalmente le avisamos que estamos buscando lo que solicita para pasarle. Constantemente tiene una comunicación bastante fluída con nosotros, cree en lo que le decimos, no tiene la vista para cuestionar lo que se le está diciendo. Cree. Confía. Espera.

Permítanme reflexionar sobre estos 3 puntos:

1) A estas alturas, un pequeño niño ciego de 6 años, mi hijo Sebastián, conoce muchas cosas y las tiene en la memoria sin nunca haberlas visto. Nosotros los hombres con Dios hacemos todo lo contrario. Constantemente queremos ver para después creer. Y cuestionamos todo lo que tiene que ver con el Creador. Absolutamente todo. Pienso que sería bueno si empezáramos a buscar a Dios por lo que sentimos y necesitamos, porque lo que anhelamos, por las cosas que busca nuestro espíritu, y no andar buscando "ver" si Dios existe, si es hombre o mujer, si los ángeles vuelan, etc, etc...
2) Cuando Seba dice cosas de Dios o para Dios, lo está adorando. Lo está reconociendo, amando, está expresando lo que tiene en su corazón. Porqué para nosotros es tan difícil hacer lo mismo? Porqué nos cuesta tanto expresar a nuestro Señor lo que sentimos? cuál fue la última vez que te derramaste en palabras bonitas a tu Dios? Porqué nos cuesta clamar y reconocer?
3) Así como Seba confía en mí, su papá, yo quiero confiar en Dios, mi papá. Quiero estar más atento a su voz sutil. Debo y debemos creer, confiar y esperar en el Creador de todas las cosas. Como Seba que no tiene vista y confía en lo que le digo, quiero yo confiar en Dios. A ojos cerrados. Tú no?

Como dije al principio, Dios me sorprende al usar a mi pequeño hijo y enseñarme tanto por medio de él. Fantástico.

Gracias por leer estas palabras, me salió un poco largo el post, pero también fueron meses sin escribir.

Un abrazo grande.

Rodrigo